Vestidores en ONGs

Llevaba un mes trabajando ocho horas al día en una ONG en la zona más peligrosa de Brooklyn y había visitado ya varias partes de Manhattan y visto grandes firmas. Lleva todo el mes estudiando construcción en inglés por las noches para poder saber cómo llamaban a todo lo que en Español, llamamos de otro modo, y estudiando el sistema métrico tan complejo que tienen, para calcular grandes superficies.

Entonces decidí que quería trabajar en Manhattan, no sabía cómo pero quería intentarlo.

Mi visado era únicamente para trabajar en servicios sociales así que no podía buscar trabajo per se. Para ello, me hice una página web con varios de mis trabajos (nunca había hecho una pero también era un buen momento para aprender) y entonces cree : mainstanich.com

Estuve mirando ofertas de estudios de arquitectura en internet y vi una de un estudio que había trabajado con SANAA (gran influencia para mí) y que estaba sitiada en Times Square. Dedicada en concreto a trabajar con museos y galerías de arte. Me encantaba. Así que cogí, y les mandé mi página web.

Esto pasó un domingo por la mañana, el domingo por la tarde me llamaron. El domingo por la noche tenía una entrevista en Times Square.

Justo antes de mudarme a NY y teniendo en cuenta que me iba a vivir a una ONG y que estaba en un momento de desahogo de mi vida, decidí regalar toda mi ropa de Madrid como quien se deshace de recuerdos, a toda la gente que la quiso y doné el resto.

KTCH en NYC
Me mudé a NY con dos jerseys de lana gorda, unas botas de obra, un chubasquero Quechua, unas deportivas de correr y un montón de shorts cortados y camisetas de tirantes. Todo lo que iba a necesitar para trabajar en All Hands.

Tenía una entrevista en Times Square, y nada que ponerme para ello (y recuerdo que además, era pobre). Así que compré un conjunto ideal (vestido de tubo, bolso, zapatos negros e incluso un gorro negro que estaban tan de moda entonces) y lo devolví todo al día siguiente (menos los zapatos, que a día de hoy son mis favoritos).

El día que hice la entrevista me citaron en KTCH al lado del hotel THE OUT NYC. El sitio era espectacular, yo vestía espectacular (con etiquetas) y presenté un portfolio que había impreso y creado en 'la base' pegado con celo de mala manera pero que había quedado precioso.





A mi jefa le encantó y desde ese momento empecé a tener dos trabajos.

Pero, y ahora ¿qué me ponía para ir a trabajar a un estudio en Times Square?

Claramente no podía ir vestida en shorts roídos y no me quedaban más que un par de faldas de tubo en casa de mi madre que había dejado para futuros trabajos. La llamé corriendo por skype y me dijo que tenía un par de cosas pero que con eso no sabía qué pensaba hacer, quizá no fuera suficiente y no tenía demasiado dinero para comprarme ropa así que quedé con mi madre en que hiciera lo posible por mandarme esas faldas.

En cuanto cerré el ordenador, oí de lejos:

`Main, Main, there is a miracle'

Tengo que decir que vivía con gente maravillosa, a todos les parecía increíble que estuviera luchando tanto por conseguir trabajar ahí y me decían constantemente que conseguiría todo lo que quisiera y que era la heroína de la ONG. Siempre les contaba mis historias y ellos me apoyaban y ayudaban con todo lo que podían; eran mi familia.

Pues bien, en ese momento, una donación de más de 500 prendas de ropa apareció en la parte de atrás de 'la base'. Todo eran vestidos, faldas, pantalones, zapatos, camisas de marcas muy caras y de trabajo.

Todo de mi talla y todo de mi pie.

Vivíamos justo debajo de una iglesia evangélica gospel (todo el mundo pensaba que estaríamos envueltos en música celestial pero eran terribles cantando) y la pastora de la comunidad tenía dos hijas abogadas muy exitosas y con mucho dinero. Se habían enterado de que estábamos ahí hacinados y habían decidido donar todo lo que ya no querían a la gente que estaba ahí. El problema es que había muy pocas mujeres en la ONG y la mayoría bastante obesas con lo que la ropa fue directamente a mi persona. Me ayudaron incluso a montarme una especie de vestidor en 'la base' con unas barras bien montadas y unos estantes.
Zonas de meeting de las oficinas con su transatlántico de fondo.

Así fue, Señores y Señoras como empecé a trabajar para el estudio que estaba entre Times Square y el río Hudson y que tenía estas maravillosas vistas.

Todos los días, llegaba a las 5 del trabajo en la obra, me limpiaba con toallitas especiales para quitar todo pintura, me duchaba, me ponía monísima e iba a trabajar hasta la noche.

Creo que de los mejores recuerdos que tengo, es el de ir en el metro raspándome la pintura de las uñas.


Trabajando en la cocina esperando la cena.
 Creo que hay pocas cosas que me hayan desequilibrado tanto en la vida. Siempre he sido una persona con una vida alocada y muy inquieta pero esta situación, fue probablemente de las que más le costó equilibrar a mi cerebro.

Por las mañanas ayudaba a gente sin recursos, que lo habían perdido todo, que vivían en lugares completamente insalubres...y después me vestía de lujo, agarraba bien el portátil para que nadie intentara robármelo en Brooklyn y me iba a unas oficinas con billar y pista de tenis y baloncesto.

Siempre me habían dicho que ésta era una ciudad de contrastes pero el contraste está en tener que llamar un día a una de tus mejores amigas, psicóloga, para decirle que no estás segura de estar enloqueciendo y

que una de las partes de tu vida, se esté inventando la otra.

Y yo momento selfie.
Todo hechos reales. Por Main Stanich.


Comentarios

Entradas populares